El domingo 31 en Hernandarias, lo pasamos muy
hogareñamente en casa de don Julio, estudiando las rutas e itinerarios para las
dos opciones posibles, Brasil o norte de Argentina y Chile.
El lunes 1° de abril Julio nos llevó al consulado
a las 11 de la mañana para saber la respuesta y nada, todavía nada, nos dijeron
que regresáramos a las 16:00 hrs a ver si ya. Entonces nos fuimos a almorzar a
un centro comercial, después de los cual don Julio se fue a su negocio y
nosotros anduvimos vagando por las tiendas. A las 15:30 hrs fuimos al consulado
y tampoco tuvimos respuesta, es más nos dijeron que posiblemente para el jueves
pero que no era seguro.
Cuando pasó Julio por nosotros le platicamos lo
ocurrido y que ya no esperaríamos la respuesta. Regresamos a su casa a preparar
nuestras cosas para partir el martes tempranos hacia Asunción y cruzar hacia el
norte de Argentina. En la noche nos invitaron a un asado que preparó don Julio
en casa de su hija Shirley, quedó de
maravilla como siempre. En la plática René, esposo de Shirley, nos comentó que
conocía una compañera de universidad que trabajaba en el consulado brasileño y
le habló en ese momento, ella le comentó que el cónsul estaba de vacaciones y que
nuestro caso lo tenía la vicecónsul, que “mañana martes” hablaría con ella
llegando a ver si podía convencerla que ya nos dieran la visa. Terminamos esa
muy agradable velada ya resignados a no entrar a Brasil.
A la mañana siguiente cuando ya terminábamos de
prepararnos llamó René, para avisarnos que ya fuéramos al consulado porque si
nos darían la visa. Nos despedimos de esta maravillosa familia, con quienes
quedamos profundamente agradecidos y espero algún día volverlos a ver y
disfrutar de su amistad en persona nuevamente, y ahí vamos para el consulado ya
equipados y listos para avanzar dentro de Brasil.
Llegamos al consulado y nos dan la orden de
pago, pagamos y cuando regresamos nos dicen que hasta el día siguiente nos
recibirían el pasaporte para ponerle la visa, que fuéramos como a las 11 de la
mañana. Nosotros pensábamos que ya nos íbamos, ¿y ahora?........ ¿Quién podrá
defendernos?... (es chiste local porque acá son fanáticos del chavo)….. Como ya
no queríamos abusar de la hospitalidad de don Julio, pues mientras Pau y
compañía se fueron a ver hoteles cerca del consulado, yo me quedé cuidando las
motos, en eso estaba cuando un joven, Rolando, me preguntó si teníamos algún
problema y le platiqué nuestro problema con el consulado, resulta que él es
miembro del MC Templarios de Punta del Este, por cierto nada tienen que ver con
el cártel del mismo nombre de allá de Michoacán, regresó Pau y decidimos
quedarnos en un hotel a 3 cuadras del consulado, en eso llegó Fagner también de
los Templarios de aquí, nos invitaron a almorzar para lo que quedaron de pasar
por nosotros al hotel a las 13:30 hrs. Fuimos a un restaurant brasileño, donde
hubo un bufet riquísimo, quien sabe que comimos pero estaba muy bueno.
Regresamos al hotel y quedamos que pasarían como a las 21 horas para ir a
conocer su castillo (o sea su guarida pero como son Templarios pues es un
castillo) y luego a un asado en casa de uno de los escuderos, o sea de los que
quieren entrar a su motoclub. La pasamos de maravilla y regresamos al hotel a
media noche.
El miércoles preparamos las cosas para salir en
cuanto tuviéramos la visa, pasamos a
dejar los pasaportes al consulado y regresamos ya en las motos a las 15 horas a
esperar a que nos los dieran ya con la visa, media hora después POR FIN nos los
dieron y arrancamos de inmediato a la frontera. La salida de Paraguay fácil y
rápido para nosotros y las motos. En la de Brasil, migración fue bastante
rápido pero la aduana para ingresar las motos si fue algo tardado, en fin.
Terminamos los trámites como a las 16:30, de inmediato nos dirigimos a Foz de Iguazú
a un cajero que ya conocíamos para retirar reales y continuamos hacia Cascavel,
140 km hacia el interior de Brasil a donde llegamos ya a oscuras alrededor de
las ocho de la noche. Nos hospedamos en un hotel muy agradable y cenamos cerca
del hotel.
El jueves 4, después de un muy buen desayuno ya
incluido en el hotel partimos hacia Ourihnos a casi 500 km en dirección hacia
Sao Paulo, a donde llegamos como a las 16:30 y ya nos esperaba en la entrada Iara,
amiga brasileña de la red de motoqueros que nos está apoyando. Nos invito a
comer algo a su casa y luego fuimos al centro de la ciudad a un hotel donde
trabaja un amigo de ella, como no había cuartos nos ofreció uno en su casa, así
que después de vagar un rato por el centro nos fuimos a dormir.
Al poco rato de habernos acostado comenzó a
llover y así continuó hasta el día siguiente, a ratos lluvia muy intensa.
Cuando nos levantamos el viernes 5 de abril seguía lloviendo, desayunamos y
cuando arreglábamos las motos llegó Iara para escoltarnos unos 70 km hacia Sao
Paulo, nos despedimos de ella agradeciendo su solidaridad y continuamos. Para
esto seguía lloviendo y así continuó hasta unos 50 km antes de entrar a la
ciudad.
Ya en Sao Paulo buscamos un lugar con wifi para
comunicarnos con los amigos de aquí. Cuando lo logramos estábamos cerca del
centro y ahí pasó uno de ellos, Altemar, por nosotros. Lo seguimos hasta su
negocio, ahí platicamos y tomamos algo y nos hospedamos en un hotel muy cercano
donde nos hicieron precio especial, alrededor de 70 dólares por las dos
noches. A las ocho de la noche pasaron
él y otros amigos para ir a cenar y pasar a la casa de un motoclub donde había
reunidos muchos motoqueros con quienes compartimos y convivimos hasta la 23:00
hras, luego Altemar nos llevó a un tour por Sao Paulo muy interesante.
Ayer sábado 6 de abril, fuimos con Carlos,
hermano de Altemar a recorrer el centro de Sao Paulo, conocer si historia,
fuimos al Museo Memorial de Resistencia de Sao Paulo, la estación de trenes y vimos
sus contradicciones, como en todos en todas las grandes ciudades, terminando el
recorrido en la zona donde están los negocios de venta de motos, partes y accesorios,
donde en un negocio de comida nos reunimos con una buena cantidad de ellos, ahí
platicamos, cheleamos, etc. Regresamos al hotel como a las tres de la tarde
para descansar, yo al rato bajé a la recepción para seguir escribiendo esta
reseña pero llegaron más amigos y la plática se puso buena otra vez con los que
hablan un poco de español o hablan el portugués despacio, obviamente cheleando,
ya hasta parezco banquetero, etc.
A las 8 llegaron por nosotros Carlos y Altemar
quienes nos habían invitado a la casa de su hermana a un asado, que estuvo
excelente igual que la cachasa (no se escribe así pero así suena). La pasamos
muy bien con la familia y amigos que ahí estuvieron, son personas maravillosas y muy solidarias. La plática con
Carlos, que también es profesor (pero de historia), fue muy enriquecedora. A la
media noche nos pasaron a dejar al hotel.
Hoy domingo 7 de abril a las 9 de la mañana nos
despidieron y dos de ellos, Eberson y Fabio, nos acompañaron por unos 130 km hasta la carretera del litoral, un
camino fantástico por su belleza, ya sobre la carretera que nos trajo hasta
aquí, nos detuvimos a almorzar y ahí nos despedimos.
Continuamos por este camino que pasa por playas
y mas playas (praias en portugués) hasta que llegamos a aquí Paraty, un pueblo
colonial en una ensenada muy bonito ya en el estado de Rio du Janeiro. Mañana
continuaremos hacia Rio que está como a 200 km.