Tranquilos que no es que ande muy navideño
fuera de temporada o que ya me hayan convertido los predicadores
brasileños de “pare de sufrir” o algo
similar, es que estamos en la carretera que va para allá, para Belem en la desembocadura del Amazonas.
Lunes 15 de abril
Salimos de Porangatu a las 9 de la mañana bajo
un sol radiante, pero a los 8 km encontramos el tráfico detenido, había una
hilera de camiones, trailers y carros como de unos 2 km, entonces así como
quien no quiere la cosa nos fuimos acercando hasta el primero de la fila que
era una patrulla de la policía rodoviaria (o sea la de caminos de acá), había
habido un accidente en la madrugada de un tráiler que se salió del camino y a
esa hora lo estaban retirando.
Ahí estuvimos como una hora esperando a que
reabrieran la carretera, mientras tanto estuvimos platicando con los choferes,
pasajeros, motoqueros y demás personas que esperaban, ya se imaginaran lo
sorprendidos que estaban de encontrar motociclistas mexicanos por ahí y rodando
desde México, hasta el policía estaba sorprendido, por cierto resultó ser
colega, fue profesor de química en una población del rumbo pero al parecer los
maestros en este país no están bien pagados, (es el segundo amigo profesor que
me lo dice por acá) y gana mejor como policía de caminos.
Cuando despejaron un carril a los primeros que
se les permitió el paso fue a los motoqueros, o sea nosotros y demás banda en
dos ruedas, en el sentido que íbamos, esto nos permitió rodar durante las
siguientes horas sin tráfico de tráilers y camiones adelante. Estas carreteras
son rectas pero tienen subidas y bajadas por que cruzan muchas lomas, hay que
ir muy atentos porque si tiene unos megabaches, de esos que doblan rines,
además es frecuente encontrar al llegar a una cima un tráiler rebasando sobre
nuestro carril, en dos ocasiones Pau y yo tuvimos que salirnos al acotamiento.
En fin que después de 520 km y como a eso de
las 16:30 hrs llegamos a Guaraí, estado de Tocantins, nos quedamos en un hotel a la orilla de la
carretera y cuando descargábamos las motos se soltó un diluvio, lo bueno es que
estábamos bajo techo en ese estacionamiento. Cuando menos hoy no nos mojamos.
Martes 16 de abril
Durante la madrugada a ratos diluviaba lo que
presiagiaba un día tormentoso, cuando nos levantamos ya no llovía pero cuando
estábamos a punto de salir otra vez lluvia torrencial. Esperamos media hora y
se calmó, aprovechamos para arrancar, ya eran las 9:30 de la mañana.
Durante todo el camino de hoy a ratos lluvia
intensa a ratos sol, a ratos camino rojo, casco y motos rojisos, por la brisa
que levantan los trailers, a veces era difícil ver.
Como a los 400 km mi moto se murió
momentáneamente, estábamos pasando un tope en un pueblo cuando se apagó todita,
entonces la empujamos a una calle lateral bajo un árbol a investigar que tenía.
Pues resulta que como que quiso vomitar el GPS chino que le conecté, lo que
sucedió es que se formó mucho sulfato en poste positivo de la batería y dejó de
hacer contacto. Así que le quité los cables del GPS, tallé con desarmador y con
lo que pude la terminal positiva y los
cables, la volvimos a conectar, se autoescaneó, se restearon los odómetros
parciales y el reloj y revivió, arrancó como siempre y ya no volvió a dar
problemas.
Así llegamos a esta población Acailandia, en el
estado de Maranhao, como a las 16:30 horas.
Y como ya llevábamos más de 500 km recorridos hoy decidimos quedarnos
esta noche. Después de regresar de comer aquí cerca se soltó otra vez la
lluvia.
Mañana el plan es llegar a Belem.
Miércoles 17 de abril
Comenzamos a rodar a las 8:45, el día amaneció
medio nublado, más adelante durante el camino nos tocaron tramos soleados,
tramos de llovizna y tramos de tormenta intensa, así se fueron alternando.
Cuando dejamos el estado de Maranhao y entramos
al estado de Pará, la carretera está muy deteriorada, muy disparejo el
pavimento y con baches traicioneros doblarines de repente, hasta parece una
carretera vecinal del estado de México o de la delegación Xochimilco o Tlahuac.
Más adelante mejora un poco pero nada como para festejar y con el tráfico tan
intenso de trailers, que además van hechos la ching.... o sea bien rápido, ya se imaginarán como se ponen los rebases.
Así llegamos a almorzar a un restaurant en el
pueblo de Mae do Rio, 200 km antes de Belem, de nuestro amigo Raymundo donde
pasamos un rato muy agradable platicando anécdotas y tomándonos fotos con su
familia y amigos. De ahí el se comunicó por teléfono con los amigos de Sao
Paulo para informarles que seguíamos bien y en ruta; y con los amigos de aquí
de Belem que ya nos esperaban.