El domingo 21 continuamos el recorrido por el Amazonas en
dirección a Manaus, hicimos escalas cortas de media hora en varios puertos,
unas de día otras de noche.
El lunes 22 en la madrugada llegamos a Santarem, es una
ciudad grande y como volveríamos a zarpar hasta medio día, bajamos del barco y
fuimos a conocerla, parece ser un puerto importante porque el comercio aquí
surte una amplia región de los afluentes
del Amazonas en el estado de Pará y por aquí se embarcan muchos de los
productos de la región ya que no hay carretera pavimentada que llegue aquí.
Así continuamos recorriendo este fascinante río que ahora
que es temporada de lluvias sube algunos metros su nivel e inunda muchos km
cuadrados de selva a su alrededor, solo se salvan las poblaciones que están sobre
lomas o cerros, como Santarem, Manaus, etc.
Función de Títeres de nuestro amigo Pablo que viaja en bici
Con Don José de Costa Rica y una pareja de Santarem que viajaba en el barco
Monumento al delfín rosado del Amazonas en Santarem
Estos barcos sacan la producción granelera de la zona
El río es fascinante por la gran diversidad de fauna y flora
que se puede apreciar en sus riveras, muchos tipos de árboles diferentes, unos
enormes, parecen ceibas, otros parecen ser caobas, y quien sabe que mas, y
entre ellos una gran diversidad de aves, y logramos ver algunos changos, uno
rojiso muy pequeño y otros negros mas grandes parecidos a los aulladores de
Chiapas. En el río pudimos ver decenas de delfines rosados del Amazonas, aunque
solo se ve cuando se alejan del barco saliendo una o dos veces y desapareciendo
en el agua café de este río. Toda esta fauna es muy difícil de retratarla por
que aparecen de improviso.
El barco, como va río arriba, va navegando muy cerca de las
riveras, unas veces de la del lado norte y otras cerca de la sur, a veces a
menos de 20 metros. Hay muchas casas, todas sobre pilotes que las separan
varios metros del piso para quedar por encima de la inundación en esta temporada.
La población es multiracial, hay güeros, morenos, negros y algunos parecen ser
de pueblos originarios de por aquí.
En resumen hay mucha población en las
riveras del Amazonas y sus cientos de afluentes, y mucho tráfico de
embarcaciones para todos lados.
El martes cruzamos tormentas con mucho viento en contra,
pero el barco ahí va, batallando contra “viento y marea” bueno más bien viento
y corriente, al final del día dejamos atrás la tormenta y tuvimos un
espectacular atardecer.
El miércoles amaneció medio nublado pero fue un día muy
agradable a ratos soleado a ratos nublado, así llegamos a Manaus que se ve
desde unas 2 o 3 horas antes de llegar, navegando cerca de la ribera sur, y
cuando ya dejamos ésta para cruzar a la ribera norte donde está Manaus, pudimos
ver claramente la división de las aguas del Amazonas, de color café claro, y
las del Río Negro que en verdad tienen ese color. Así
llegamos como a las 14:00 horas a atracar en un muelle flotante.
Ahí comenzamos con las maniobras de descarga, imagínense
bajé la de Pau y la mía por unas tablas de madera empujando y dando el saltito
de casi un metro entre el barco y el
muelle. Ya en el muelle flotante las cargamos con las maletas y todo lo demás para
subirlas por una rampa metálica a muelle de concreto, subí primero la mía y
cuando iba a subir la de Pau que se rompe la pata de la moto y suelo con todo y
moto, por poco acabamos ambos en el fondo del Amazonas, quedé a unos centímetros
del borde, de inmediato mucha gente me ayudó a levantarme a mí y a la moto y a subirla
a lugar seguro.
Ya con las motos en el muelle de concreto, la de Pau solo
podía estar sobre su parador central pero teníamos que “puentear” el circuito
que detecta si la pata esta abajo para poder moverla andando, porque al meterle
la primera se apagaba. Bueno ya que logramos hacer esto ahí vamos en busca de
hotel, no sin antes pagar 45 reales por moto por uso de las instalaciones del
puerto, algo así como 23 dólares.