El miércoles, fuimos al consulado a medio día a
conocer la respuesta y nada, todavía no la tenían, que hasta el lunes 1° de
abril posiblemente porque no van a trabajar ni jueves y viernes por ser Semana
Santa, del taller nos hablaron para decirnos que como a las 3 de la tarde
estarían listas las motos y pasarían por nosotros al hotel para ir a recogerlas, así que
teniendo todo listo decidimos que tendríamos que partir hacia Asunción y ya
olvidarnos de Brasil.
Como a las 15:30 pasó Don Julio Mueller, el dueño del
taller para ir por las motos, el amablemente nos dijo que si queríamos
quedarnos a esperar la respuesta nos ofrecía un apartamento en su casa cerca
del taller en Hernandarias y acompañarnos a conocer los atractivos de la zona.
Desde luego aceptamos su amable hospitalidad que agradecemos infinitamente, y
quedamos de llegar a su casa al día siguiente a las 10, así que fuimos por las
motos, regresamos al hotel y al días siguiente (jueves 28) arrancamos para
Herandarias, que esta como a 10 km de Ciudad del Este. Llegamos a su casa nos
instalamos y nos fuimos a la visita a la presa Itaipú, impresionante obra de
ingeniería sobre el río Paraná.
Saliendo de ahí fuimos a su granja a unos 50 km
hacia el norte, visitamos su criadero de peces, maizales, área de reserva o sea
jungla, el área para el ganado, etc., probamos las frutas que se dan ahí de
manera silvestre, como una variedad de piña pequeña muy dulce, mandarinas, etc.
Así conocimos el Paraguay rural, sus campos su fauna y su flora, muy
interesante paseo. Al anochecer culminamos en su casa con un asado de chancho y
otras exquisiteces de la región.
El viernes, nos tocó ir al museo y zoológico de
Itaipú, ahí conocimos más de la historia y las costumbres de este
interesantísimo país, saliendo fuimos a las cascadas del río Monday, que está
en las afueras de Ciudad del Este hacia al sur. Regresamos al fraccionamiento y
bajamos a la orilla del Paraná, río abajo de la presa y antes del Puente de la
Amistad, donde mantiene una anchura y caudal impresionante, como unas 2 o 3 veces
el Usumacinta que separa parte de México y Guatemala. Al anochecer fuimos al
espectáculo de luces y sonido en la presa, fue grandioso.
El sábado 30 primero fuimos a dar un paseo por
el fraccionamiento en el carrito eléctrico de golf al mando de Camila pero con
las chicas pesadas abordo la potencia de batería no fue suficiente y regresamos
empujando el carrito a la casa. Luego de almorzar fuimos a la presa pero ahora
en la lancha de Julio, un recorrido placentero y relajante, la hemos pasado muy
bien desde que fuimos adoptados por Don Julio y su esposa Miriam, sus hijos
Camila y Alejandro, y Camilo novio de Camila, ha sido un enriquecedor intercambio
de experiencias, anécdotas, puntos de vista y ya quedamos de recibirlos pronto en México.