sábado, 23 de marzo de 2013

CUESTIÓN DE TAMAÑO


Piriápolis, Uruguay. Domingo 17 de marzo


Anoche finalmente nos asignaron una cabaña muy cómoda en el lugar donde trabaja Gabriel, en la ladera de una loma y con una buena vista. 
Hoy en la mañana caminamos hasta la playa, que es de arena muy fina como la de Cancún, pero como aquí todavía es parte del Río de la Plata, casi no hay oleaje y el agua es café muy chocolatosa aunque no está fría, solo paseamos pero no nos metimos.


De regreso a la casa nos encontramos con un recado de Alicia invitándonos a la casa de Gabriel a un asado, y ahí vamos pues como no. Estuvo excelente, la pasamos muy bien. Regresamos a la casa para preparar las cosas para salir al día siguiente.



Montevideo, Uruguay. Lunes 18 de marzo.

Antes de salir de Piriápolis nos invitaron a desayunar a casa de Gabriel, donde además ahora conocimos a su mama Ana y a su hermana Rocío, les agradecemos mucho su atención, estuvo muy rico y hasta itacate nos trajimos (o sea lunch para los que no tienen raíces de por acá). Nos despedimos de la familia, en verdad, gracias igualmente esperamos corresponderles si algún día pasan por México, y arrancamos rumbo a Montevideo.



Ahora pasamos de día lo que habíamos rodado de noche a la ida, todo muy verde, campos agrícolas y ganaderos, industria agropecuaria, etc., todo el terreno ocupado por algo, nada de tierras ociosas, por algo dicen que la producción ganadera de este país es de las más importantes de Sudamérica. Pasando el aeropuerto nos separamos, Alicia y Andrés se siguieron por la avenida principal, y bueno ya nos habíamos despedido en Piriapolis, hasta pronto amigos. Nosotros nos desviamos para por la costera, aquí le dicen rambla o costanera, que en un tramo se llama República de México, llegar a nuestro hotel.

Después de instalarnos nos fuimos en camión urbano al centro, 20 pesos uruguayos o sea como 14 pesos nuestros, muy cómodos con su cobrador sentado en la tercera fila. Allí visitamos el Museo Nacional de Historia y el de Arte Precolombino, caminamos por la plaza central y finalmente volvimos en autobús ruta 116 a nuestro hotel.































Martes 19 de marzo.

Salimos del hotel como a las 10 ya desayunados para tomar la ruta 1, por donde habíamos llegado de Colonia del Sacramento, pero a los 70 km nos desviamos por la ruta 3 hacia Paysandú, el camino igual, campo verde muy productivo, día muy nublado, con algo de lluvia en algunos tramos. Rodeamos Paysandú para seguir 120 km más hacia el norte a la frontera de Salto por donde teníamos planeado salir de Uruguay, uno de los países más pequeños de Sudamérica en territorio pero el que tiene los billetes MAS grandes, que casi no caben en mi cartera, en fin.



Pues resulta que en la frontera, hicimos el trámite de salida de Uruguay rápido y fácil, igual que migración de Argentina, era la tercera vez que ingresábamos desde el 28 de febrero, peeeeero en la aduana nuestra suerte cambió, que nos piden el seguro de las motos y nosotros ¡¿Cuál?! ¡¿Dónde?!
Que nos dicen que deberíamos tenerlo desde que ingresamos por primera vez a Chile y que debieron pedirlo en las aduanas de Argentina y Uruguay cada vez que pasmos.

Bueno les dijimos ¿dónde lo compramos? Pues en Uruguay por que no podemos rodar por Argentina, bueno para no hacer el cuento largo, nos hicieron esperar 3 horas, cuando llegó el jefe de la aduana me permitieron ingresar en la moto solo a mí para ir a Concordia, ciudad a 16 km, para comprar los seguros, para esto ya había oscurecido y estaba lloviendo, pero ahí voy, llego a la oficina, ya eran las 20:15 ya habían cerrado, los dueños de la casa donde está el local amablemente me comunicaron por teléfono con la encargada del negocio y me explica que solo hasta mañana puede hacer el trámite por qué tiene que transmitir los datos en horario de oficina de Bs As.

Pues ahí voy de regreso a la frontera, paso por el hotel donde ya teníamos reservación que está a 4 km de la frontera y resistí la tentación de quedarme ahí y mandarle un mensaje a las famosas para que acamparan ahí en la aduana etc. etc. En fin, regresé a la aduana, le explico al jefe la situación que él ya sabía porque había hablado por teléfono con la misma persona de la aseguradora que yyyyo.

Finalmente nos deja pasar a los tres con la condición que mañana le pasemos a enseñar la póliza antes de seguir nuestro camino hacia el norte.

Por fin como a las 21:30 horas llegamos a nuestro hotel y completamente empapado, aquí cenamos y nos tocó una cabaña muy agradable, lástima de clima porque hasta alberca hay.